A veces el reto no está solo en lo que somos capaces de soltar sino en atrevernos a dejar entrar a nuestra vida aquello que nos permite avanzar, dándonos una nueva oportunidad para el asombro y la curiosidad, así como también para lidiar con las incomodidades y el ajuste a las incertidumbres que trae lo nuevo.
Aunque nos parezca absurdo, solemos apegarnos no solo a aquello que nos hace sentir bien, los miedos nos mantienen aferrados a lo conocido porque lo consideramos suficiente y es cómodo vivir a salvo de vivir, como “un barco que está seguro en el puerto, pero no fue construido para eso”(1), incluso a veces en la precaria seguridad que nos entrega algo insatisfactorio o incluso dañino con tal de mantener cierto equilibrio.
Puede que no quieras fracasar nuevamente o atreverte a algo que nunca has experimentado, quizá sientas que no estás a la altura, que harás el ridículo o que no serás suficiente. Si te pasa, sea ante la oportunidad de un trabajo nuevo temiendo estar llegando a la cima de tu incompetencia, o ante un nuevo amor no queriendo lidiar con las vicisitudes que trae elegir voluntariamente complicarse la vida con alguien, por mencionar solo un par de situaciones, recuerda: “que tus decisiones sean el reflejo de tus esperanzas, no de tus miedos”(2)
Te invitamos a detenerte y rondar la pregunta antes de responderla, si quieres puedes escribirla en una libreta para dejar registro de ella, o bien puedes atreverte a responderla públicamente aquí como una forma de hacerla más real y comprometerte con tu respuesta.
Y si te resuena para alguien o te hace sentido compártela con quienes creas que esa simple pero profunda pregunta puede ser una llave en este momento.⠀
¿Ha llegado el momento de invitar qué a mi vida?⠀
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Hablaron con nosotros hoy:⠀
(1) William Shedd (2) Nelson Mandela⠀
Hasta la próxima pregunta!
